El músico mugardés Pablo Leira presenta “Dirt, Wood & Grass” (Ferror Records, 2023), un nuevo disco marcado por el sonido americana, el intimismo y el folk más personal.

Pablo Leira, con apenas 23 años, viene de cursar un título en interpretación de guitarra en el Berklee College of Music, en Boston, donde recibió una beca y obtuvo premios como el John LaPorta en 2019 y el premio Jimi Hendrix en 2020. En la actualidad acompaña en su gira a Andrés Balado y también colabora con Los Eternos. Pero, además, hace poco más de un par de semanas, registraba el que es ya su primer disco de estudio, en los RRStudios de Danny Abeledo y Melo García en Ferrol. En el trabajo, de corte country, ha colaborado gente talentosa como Álvaro Lamas con su steel guitar, Pepe Coira a la armónica, Rafa Pereira al bajo y Cabe García a la guitarra y al banjo.
“Todo empezó con mi padre, que encontró trabajo cerca de Philadelphia cuando yo tenía 17 años y al no verme por la labor de hacer una ninguna carrera me planteé en serio lo de intentar hacer esto de la música. Ya había oído hablar de Berklee y ahora que mi padre se iba me surgió la oportunidad de intentar hacer la audición. No iba muy confiado, pero al final todo salió bien y pude estudiar ahí, llegando a tener la suerte de recibir los premios John Laporta en 2019 y luego el Jimi Hendrix en 2020 y graduarme con un grado en guitar performance en 2021” afirma.

Sus influencias son de lo más diverso: “Pues muchas diferentes. Cuando era niño empecé escuchando a los Beatles, y luego empecé a escuchar a grupos como AC/DC y Led Zeppelin, del que me obsesioné durante toda mi adolescencia. Luego ya fui variando más, me empezó a interesar gente como Iván Ferreiro y Xoel López, luego Los Planetas y The Band, y por último me obsesioné con Dylan un par de años. Pero siempre escuchando mucha música y muy diferente (y buscando la siguiente obsesión)… No me considero un gran compositor ni uno muy prolífico (pero tampoco me considero principalmente un escritor). Las canciones me salen cuando me salen, y son generalmente un reflejo de lo que me ocurre en ese momento en mi vida. Puedo tener una semana en la que puedo escupir el esqueleto general de 6 canciones como luego estar 3 meses sin escribir una. Intento que la música y la letra reflejen el sentimiento más real que intente reflejar. En cuanto a las canciones, todas hablan un poco de lo mismo. Escribí este disco en su mayoría en Nueva York, donde arreglé algunos temas que ya había escrito y lo combiné con lo mejor que me salió en ese momento, y como ya dije, hablan un poco de toda la situación que pasé allá”.
La grabación transcurrió con calma, con la participación de veteranos músicos ferrolanos de la talla de los ex Limones Rafa Pereira o Álvaro Lamas, quien aporta su inconfundible steel guitar, Cabe García o Pepe Coira: “la grabación fue un caos. Fuimos grabando primeramente entre el piso donde vivía yo y la habitación de Alec, pasando una vez por un estudio a grabar unas baterías. Lo fuimos mezclando y grabando nosotros pero llegó un momento en el que caímos en que no íbamos a ser capaces. Ya en Ferrol me puse en contacto con Danny, con el que ya había grabado, y le presenté el proyecto. Después de su respectiva bronca por todo el lío que montamos, se puso a trabajar como un loco y se sumió de lleno en la tarea de sacar este disco adelante, re-grabando partes que hicieran falta, añadiendo ideas y llamando a algunos colegas para que tocaran. Ahí es cuando conocí a todos, primero a Rafa, que es un absoluto 10 como señor y músico y dejó un bajo chulísimo. Luego a Álvaro, que fue todo un descubrimiento, porque además es una de las personas más musicales que he visto en mi vida, además de un instrumentista impecable. A Cabe ya lo había visto tocar, y verlo en directo tocando lo que toca fué todo un placer y un espectáculo, y por último a Pepe, que no solo tiene una de las mejores historias personales de todo el mundo, sino que tiene un gusto y una personalidad tocando que no tiene rival”.

Con respecto al disco, afirma: “Intenté que el disco contase una historia coherente, y aunque parezca que no, si pones atención a los detalles está ahí, solo que me esforcé mucho en camuflarla detrás de todo, porque es un disco muy personal para mí y no quería ser brutalmente explícito. Aunque sí, hay una historia, y es una historia real de los meses que pasé”.