Rayotaser vuelven con una nueva entrega de electrónica y synth pop intenso y emocional. Tras la salida de Pablo López, Álex Mera da forma a este “Incendio” (Ferror Records, 2022). Un trabajo que nace de una ruptura y su duelo. “Las circunstancias me impedían hacer lo que me salvó realmente toda mi vida, componer. Me encontré sin capacidad de evadirme, de escaparme con los sintes. Así que entendí que debía dejar salir, escucharme. Hasta ahora los temas fueron una solución farmacológica, placebo existencial. Esta vez fueron terapia, duelo. Así pude salir del bosque y acelerar a la vez todo el proceso de deconstrucción. Tuve vértigo por momentos al trabajar con el dolor, pero también me dio la intensidad vital que necesito en un momento en el que hacer bailar a los demás era algo imposible.

La ruptura es lo que desencadena un duelo que afecta a distintos tiempos, lugares, papeles, experiencias… un duelo que quizá no pude hacer antes por cierto instinto de supervivencia, pero que era inevitable realizar algún día. Va más allá de esa ruptura” explica Álex.

Los golpes de la vida tienen luego su catarsis, y permiten que la destrucción se transforme en construcción, y desde el caos: crear… “Cuando pienso en influencias aparece Jon Secada después de acabar con Eros Ramazzotti en una pelea a caballo por la playa y me comenta que está Trent Reznor en casa esperándonos para empezar a componer. Por ahí estarían las referencias de Incendio.

La inspiración la desencadena una ruptura, pero rápidamente la pérdida de gravedad se extiende y sincroniza con muchos otros ámbitos de la vida para llevarme al punto de partida, el pesimismo existencial. Incendio es un acto de purificación, de crimen y castigo sin frases motivadoras. Y sobre todo, sin superación. Solo aceptación, el dolor se queda, quieras o no. Mejor llevarse bien con él”.

“Incendio” es un juego de luces y sombras. El universo nos acoge en este redil para el alma inquieta. Rayotaser han ido sufriendo una transformación gradual siguiendo un plan perfectamente calculado para llegar a este preciso instante. Nos encontramos con tristeza exuberante, amores que se evaporan mientras fuegos artificiales explotan en cámara lenta y la serenidad que da descubrir que el tiempo cura todas las heridas.

Un trabajo que se vuelve más conmovedor con las escuchas, que nos golpea fuerte con un gancho melódico pegadizo. Un trabajo que nos invita a cerrar los ojos y evocar nuestro propio incendio. Fuego, camina conmigo.